En las últimas décadas, las agendas globales de desarrollo han incorporado componentes sociales y ambientales, intentando así desmarcarse de una visión economicista del desarrollo. Sin embargo, tras 70 años de vigencia de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de la llamada era del desarrollo, se han alcanzado resultados aún insuficientes en lo relativo a materialización de Derechos Humanos y mejora de calidad de vida. El presente artículo busca establecer las limitaciones existentes con respecto a la conjugación de Derechos Humanos y desarrollo en un contexto de globalización neoliberal.